sábado, 26 de noviembre de 2011

CURIOSITY


"Curiosity", el robot mejor equipado hasta la fecha para la exploración espacial, inició hoy una travesía de 9,65 millones de kilómetros que realizará en los próximos ocho meses y medio en busca de respuestas sobre la vida en Marte.

Un cohete Atlas V erguido en la plataforma 41 de la Base de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, en Florida (EE.UU.), encendió sus poderosos motores a la hora 15.02 GMT, atravesó el manto de nubes y propulsó a la cápsula en cuyo seno viaja "Curiosity" a más de 24.000 kilómetros por hora.

Si todo funciona bien, en agosto de 2012 una plataforma equipada con cuatro cohetes propulsores se aproximará a la superficie marciana en el cráter Gale y, mediante poleas, depositará el robot de una tonelada de peso y tres metros de largo.

La tarea que "Curiosity" llevará a cabo luego podría revolucionar el conocimiento humano sobre Marte.



"Es, absolutamente, una proeza de ingeniería y nos aportará conocimientos científicos que ni siquiera podemos imaginar", según Doug McCuistion, director del programa de exploración de Marte en la agencia espacial estadounidense NASA.

El "Curiosity" es el vehículo del Laboratorio de Ciencias Marcianas (MSL, por su sigla en inglés), equipado para responder a las preguntas sobre si hubo o persisten en Marte los componentes orgánicos de la vida, y cuánta agua líquida contuvo el planeta en el pasado.

Entre las tareas del conjunto de instrumentos del Análisis de Muestras de Marte (SAM, por su sigla en inglés) se cuentan la búsqueda de componentes orgánicos, esto es, moléculas basadas en el carbono que son los elementos con los que se construyen las formas de vida que conocemos.

El robot explorador MSL usará un espectrómetro de masa, un cromatógrafo de gas, y un espectrómetro de láser sintonizable para analizar las muestras de aire, suelo y rocas.


Cuando los datos de SAM se combinen con los de los otros instrumentos del MSL los científicos serán capaces de determinar, no solamente si una molécula es orgánica, sino también si provino de una fuente con vida o sin vida.

Los componentes han estado cayendo en Marte desde meteoritos, cometas y partículas del polvo interplanetario durante 4.500 millones de años y los científicos de la misión creen que Marte, probablemente, tiene sus orgánicos indígenas, conectados o no con formas de vida.

El Laboratorio de Ciencias Marcianas puede investigar esos ambientes habitables que podrían preservar, también, los componentes orgánicos.

Sin embargo, la preservación de componentes orgánicos en la Tierra es muy despareja, de forma que si no se encuentran en el cráter Gale, donde descenderá "Curiosity", eso no indicará necesariamente la ausencia en otras partes del registro geológico de Marte.

El Sistema de Observación Ambiental de "Curiosity" medirá las temperaturas del aire y el suelo, la velocidad y dirección de los vientos, la presión atmosférica, la humedad y la radiación ultravioleta alrededor del artefacto explorador.

Esta información ayudará a que los científicos entiendan cómo interactúan el suelo y la atmósfera del planeta, lo cual podría dar ideas acerca de si Marte podría sustentar formas microscópicas de vida bajo las finas capas de sales en su superficie.

El "Curiosity" es cinco veces más pesado que sus predecesores, los exploradores "Spirit" y "Opportunity" que llegaron a Marte en enero de 2004 en busca de rastros de agua.





viernes, 4 de noviembre de 2011

ASTRONAUTAS REGRESAN DE MARTE.(simulacro)

El mayor simulacro de viaje espacial a Marte concluyó hoy con la "llegada" a la Tierra de los "martenautas", seis voluntarios que permanecieron aislados del mundo exterior en un módulo durante los 520 días que duró el experimento ( video).

La escotilla se abrió exactamente a las 14.00 hora de Moscú (10.00 GMT) y los seis voluntarios salieron del simulador de nave interplanetaria situado en la sede del Instituto de Problemas Biomédicos de Moscú (IPBM) tras casi un año y medio de encierro.

Uno a uno, los "martenautas" abandonaron el simulador -sonrientes, como se pudo apreciar en las imágenes de la televisión rusa- y fueron recibidos por autoridades, familiares y amigos, con los que sólo podrán departir tras tres días de cuarentena, en la que serán sometidos a exhaustivos reconocimientos médicos.

Los voluntarios, los rusos Alexéi Sitev, Alexandr Smoléevski y Sujrob Kamolov, el ítalo-colombiano Diego Urbina, el francés Romain Charles y el chino Wang Yue, comparecerán ante la prensa el martes de la próxima semana.

Marte-500. "El proyecto Marte-500 ha sido todo un éxito, aunque sea sólo por el hecho de que ninguno de los miembros de la tripulación internacional abandonó el experimento", declaró a la agencia oficial RIA-Nóvosti su responsable ejecutivo, el doctor Alexandr Suvórov.

Agregó que el simulacro ha demostrado que "el ser humano puede soportar un viaje a Marte de ida y regreso", aunque debido a la cantidad de recursos que se necesitan, incluidos los alimentos, la tripulación de un viaje real estará integrada por cuatro "martenautas", y no seis.

El fin del experimento fue aprovechado por el subdirector de la agencia espacial rusa Roscosmos, Vitali Davydov, para reiterar que Rusia tiene planes de enviar un vuelo tripulado a Marte en los años 30 de este siglo.

"Marte está en nuestros planes. Será para los años 30, para mediados de los años 30. Muchos de los presentes vivirán para verlo", dijo Davydov en rueda prensa al término del experimento.

El jefe del programa de vuelos tripulados de Roscosmos, Alexéi Krasnov, indicó a su vez que la agencia planea repetir el experimento Marte-500, pero ya en el espacio.

"¿Cuándo ocurrirá esto? Creo que no antes de un par de años", dijo Krasnov.

Los participantes en el proyecto realizaron más de un centenar de experimentos, tuvieron que reparar averías y efectuaron incluso caminatas simuladas en el planeta rojo.

"La salida a la superficie de 'Marte' nos dio mucha información. Los especialistas controlaban permanentemente el estado físico y moral de los voluntarios", dijo el doctor Suvorov.

Indicó que el pulso de algunos "martenautas" llegó a las 160 pulsaciones por minuto, más de las 152 que tuvo Yuri Gagarin durante su histórico vuelo espacial.

Con unas reservas de varias toneladas de agua y comida, los "martenautas" vivieron en el interior de cinco módulos espaciales de 180 metros cuadrados sin ventanas y con la misma composición del aire, presión y nivel de ruido que en una nave interplanetaria, condiciones similares a las de un vuelo espacial real.

El módulo de vivienda incluyó una cocina con mesa-comedor y unas minúsculas habitaciones forradas de madera de tres por dos metros para los tripulantes, con cama, mesa y armario, retrete y una ducha, que sólo pudieron usar una vez cada diez días.

Según los organizadores del proyecto, el momento más difícil fue el retorno simulado a la Tierra, ya que en ese momento la misión ya había sido un éxito, pero los voluntarios debían seguir realizando experimentos durante varios meses.

Además, su experiencia servirá para comprobar la compatibilidad psicológica entre los integrantes de una tripulación y permitirá perfeccionar la construcción de las naves espaciales que viajarán a Marte, la prioridad de las agencias espaciales de Rusia y EEUU.

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